miércoles, 11 de marzo de 2009

Tío, no lo hagas en la alfombra

En China hay mucha gente que trabaja a diario, los judíos tienen su día religioso de descanso, en España hay algunos ilustres que no trabajan nunca y yo aquí curro de lunes a viernes, como buen cristiano. Los sábados y los domingos, por tanto, no hay alarma ni despertador que me levante. Sin embargo, ninguno de mis días libres he conseguido disfrutar de mis almohadas japonesas más allá de las 10, porque hay tres sucesos que rompen mi sueño y que en mi urbanización ocurren invariablemente.
Ya se inunde el país o llueva fuego, mi vecindad registra día tras día los tres mismos sonidos por la mañana. Del primero creo que ya he hablado: es una música con toques místicos y épicos -en un sentido opuesto a lo que haría Blind Guardian- al son de la que se mueve la legión de jubilados de mi barrio, mientras hace tai chi. Esto es agradable, porque entre semana me sirve para moverme hacia la ventana y desperezarme viéndoles buscar el Tao, y los findes me relaja y me transporta directamente hasta el siguiente sueño.
- ¿Qué es eso, yoga?
- Aumenta las posibilidades de embarazo.
El segundo ruido que se cuela hasta mi cama es más peliagudo. El jardín está lleno de gatos y un vecino del portal contiguo tiene un loro. Los gatos maúllan -menuda obviedad-, y el cabrón del loro lo intenta. Me temo que el pajarraco tiene los mismos problemas que yo con el chino y como se ha pasado tanto tiempo con la jaula al fresco, se ha cansado de repetir frasecitas y se dedica a copiar a los gatos con insistencia. Maldita la gracia que me hace despertarme con los alaridos del pollo: "¡mgrrrrrrrriaaaaaau!". Agradeceré que en lugar de latitas de aceite o sobres de jamón, las visitas traigan escopeta y cartuchos de postas. Quien aparezca por aquí, comprobará que no miento.
Ahora, lo que es jodido de verdad es despertarse con el tercer sonido. El malo final; la disciplina en la que Guybrush se convirtió en un maestro; el archienemigo del profesor de dibujo... El escupitajo.
- ¡Es una bomba de napalm humana!
No estoy de coña cuando digo que me despiertan los lapos. Esta gente se los prepara a conciencia. Puedes oírles en su casa, por la calle, en el metro o donde sea, intentando iniciar la combustión de un motor imposible: el de su propia garganta. Aumentan las revoluciones, lo paladean, hacen gargajos y, al fin, ¡al aire! Les da igual que pases a su lado, a lo mejor es una forma de marcar el territorio, pero aquello que haga que estos tipos se pasen todo el día escupiendo, mejor que esté fuera de sus organismos que dentro de ellos.
- No tío, no hagas eso... Tío, no lo hagas en la alfombra.
La verdad es que estas cosas hacen que les pierdas un poco el respeto. Ellos me pueden mirar como a un asesino si, al coger una tarjeta, no la sostengo con las dos manos y la miro un par de minutos infinitamente interesado, como si fuera un marciano plano, blanco y acartonado. Se puede hablar de diferencias culturales. Se puede alegar que los conceptos de higiene o limpieza no son los mismos para ellos que para nosotros -tampoco lo son para mí y para mi madre-. Se pueden decir muchísimas cosas, pero qué queréis que os diga: a mí me impacta ver que el señor de la mesa de al lado use una punta de los palillos para coger arroz y la otra para sacarse la cera de los oídos. ¿Bárbaro occidental?
- Al menos yo sé mear en mi sitio.
Ésa es otra. Éste es un país en el que no hay sanidad pública, no hay seguridad social y donde los gobiernos ofrecen pocas cosas gratuitas. Pero algo hay: los baños públicos. Tanto es así que muchos restaurantes y establecimientos no tienen servicio propio y si te entra la llamada de la selva, tienes que irte fuera.
- ¿Acaso no caga el Papa?
"En un agujero en la tierra vivía un hobbit[...]" y en un agujero en la tierra se desahogan los chinos. Vale, no es tan terrible como lo cuento. Es cierto, exagero, no es un agujero en la tierra. Es un agujero en el suelo de porcelanosa de una caseta que da a la tierra.
Hace menos de una semana fui a cenar a un local de comida xinjiangnesa. Xinjiang es una región noroccidental de China y tiene frontera con Mongolia, Rusia, Tajikistán, Kazajstán, Kirguistán, Afganistán, Pakistán e India. Ahí es na. Su comida es muy apreciada por aquí, porque al estar tan al oeste era paso obligado para las caravanas de la ruta de la seda y sus habitantes pillaban influencias de todas partes. Su atractivo y su problema es que han tenido acceso a todas las especias del mundo, las usan para cocinar, y la pitanza acaba siendo un cóctel explosivo. Como aquí no hay pan, para luchar contra el picante yo estaba venga a beber jarritas de zumo rojo que me traían las camareras. Jarrita tras jarrita, mi vejiga se llenó. ¡Mierda! -pensé yo, con un doble sentido-. Llegó la hora de ir al baño... ¿Habrá suerte? Esta vez me dieron buenas cartas y algún monje budista se había reencarnado en urinario moderno justo en ese restaurante, con lo que pude descargar a gusto.
Salió la J en el xinjiangnés. El river también juega.

8 comentarios:

  1. Dios mío! Con lo limpito que es mi niño y ahí esquivando lapos que tienes que estar...!
    Y para lo del ruido de los findes, igual sirven unos tapones de toda la vida, digo yo... ;P

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  2. Tío, todavía no te había dicho lo mucho que me río con lo que escribes. xD

    No te preocupes, que cuando vaya para allá, llevaré a un campeón de tiro conmigo que acabe con tu problema del loro matutino. En cuanto a los lapos... estoy seguro de que More se hace cargo de enseñárles quién manda ahí.

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  3. Oye y si quieres, yo hablando, al final hago que el lore se calle, que los otros dejen de hacer taichi, y que el de los gapos, se los trague :D.

    De todos modos, cuando vayamos.. los españoles, por ruidos no nos cortamos, asique a ver estos con quien se las ven!!!

    QUE YO EN LA TIENDA DE CHINOS DE AL LADO DE KELLY LES TENGO CALDOS!!

    Asias, 5 eulos, chipa for yu, final prise :D jaja

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  4. Bueno Iffy, si haces que se calle el lore, lo mismo el more no está muy contento. Tú no te preocupes, que vas a poder estar escuchando temporadas de los Soprano durante meses y meses, después de venir aquí.
    Y sí, un campeón de tiro o unos tapones me vendrían bien, tanto para contra el pájaro como contra algunas visitas.

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  5. Jajajajajaja, joder Sauras, cuando vuelvas deberíamos llamar a Juaniyo para hacerte una serie o algo así. Vete pensando cómo quieres que se llame tu super robot silencia loros para poder venderla también al mercado asiático. Un abrazo mu grande campeón!

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  6. Eso que propone Chuky tiene inconvenientes: para empezar, debería haber varias mujeres. Y yo no veo ni una sola referencia sobre señoras, señoritas o señoronas en este blog tan alejado de los preceptos del Cristianismo polaco.
    El segundo inconveniente es que a Sauras no le atacan a diario hordas de Triadas o Yakuzas, a los que vence con sólo escupir al suelo.
    Claro que es una peli que ya tiene presupuesto: 3263525672572537273 millones de dólares selenitas...

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  7. Querido sauras:

    Me encanta tu pequeño rincón internauta. Soy una fan total de tus historias de loros desviados y viejunos escupidores. Sintiendo la absoluta necesidad de sentir esos sonidos en mis propios pabellones auditivos, creo que estoy decidida a vender mis carnes (mas o menos tersas..) con tal de sacar los dineros necesarios para transportarme al pais que (esperamos) te está convirtiendo en el Shaolinquan del mundo periodistico.

    Mis mas húmedos saludos:

    Mariloli Granizo

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  8. en serio tu blog es increíble y las partes que escoges del gran lebowsky las mejores.
    un colega mó que vive en china siempre me dice que lo que mas le sorprende de los chinos, sin lugar a dudas, es que no paran de escupir me he reido montón con eso
    q te vaya bien y duerme con tapones

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